miércoles, 6 de mayo de 2009

imprimación

Hoy es mi séptimo cumpleaños y ya he parado de crecer. Aparento unos diecisiete años, aunque tengo una inteligencia superior.
Por fin saldré de mi casa sin miedo a que descubran lo rápido que crezco, podré ir a la escuela, hacer amigos,... Pero no todo son alegrías.
Desde que nací, Jake ha estado a mi lado. Es más que un amigo, es como mi hermano, aunque le quiero pero no como hermano. Temo ser para él solo su hermanita, quiero ser más. Le quiero desde que era pequeña, pero tengo miedo a que me rechace y se rompa nuestra amistad o me odie.
No podía dormir, me había pasado toda la noche pensando en este tema.
Alice no para de organizar la casa para mi fiesta de cumpleaños. He invitado a los Quileute, especialmente a Jake (aunque él se pasa casi todo el tiempo aquí, algunas noches duerme en forma de lobo conmigo) y a mi abuelo Charlie y a su esposa, desde hace unos pocos años, Sue.
Cada vez que es mi cumple, la casa parece otra. Alice se encarga de todos los detalles, pero se pasa mucho. De pequeña todas las cosas eran de Barbie, espero que este año sea diferente, sino me moriré de la vergüenza. También me hacen un montón de regalos, aunque el que más quiero nunca me lo dan, que es estar junto a Jake para siempre.
Ya empieza a amanecer, así que me dispuse a levantarme, para ir a la Push y pasar un tiempo con Jake en la playa.
En ese momento se abrió la puerta y entraron mis padres.
- Hola cariño- dijo mi papá.
- Ahora que ya eres una adulta, te tenemos que decir algo muy importante- dijo mi mamá.
- Os escucho.
- Los metamorfos tienen una cosa llamada imprimación- dijo mi mamá.
- ¿Qué es eso?
- Cuando encuentran a su pareja ideal todo cambia para ellos, es como si su mundo dependiera de esa persona. Es algo más fuerte que el amor.
- ¿Es lo que les pasa a Sam y Embry?
- Si.
- ¿Por qué me cuentas esto?
- Porque Jake y tú estáis imprimados desde el día que naciste.
En ese momento sentí un inmenso dolor. ¿Cómo había podido ocultármelo? Me sentía engañada. Toda la vida he estado pensando que Jake solo quería que fuésemos amigos.
- Perdón- dijo mi papá.
¿Jake no quiso decírmelo?
- Si que quiso, pero nosotros no te dejamos. Queríamos que no fuera una cadena para ti, que pudieras elegir.
En ese momento me puse a llorar. Por una parte me sentía engañada, pero por otra era la mujer más feliz del mundo. Mi deseo se había cumplido.
- Mamá, papá no le digáis a Jake que lo se, prefiero hacerlo yo. Me voy a la Push.
- Pero...
- Déjalo Bella, esto tendría que pasar. Ve cariño, pero no tardes. Ya sabes como se pone tu tía Alice si le estropean los preparativos para una fiesta.
- Gracias.
Os quiero mucho.
- Lo se- dijo mi papá.